Editorial: Combel
Cada día son más niños que miran y no ven, escuchan pero no oyen, viven en otro plano de la realidad porque su mente está realizando el baile de moda, sabiendo su foto más bella o matando marcianitos como nuestro protagonista.
¿Pero qué pasa cuando salen de su mundo virtual?
Nuestro protagonista pierde su maquinita de matar marcianos y se dan cuenta que hay un mundo mágico en la vida real, correr ladera abajo, beber gotas de lluvia, saltar en los charcos, tocar las antenas de los caracoles... Todo un mundo por descubrir y que se lo estaba perdiendo.
Es el momento de que nuestros peques corran, rían, se manchen, experimenten... Tantas cosas hay fuera de sus máquinas y no las saben ver.
Pero no sólo los pequeños ponen barreras para conectar con la realidad los mayores también lo hacemos y tenemos que conseguir eliminar todo aquello que nos desconecta de lo que de verdad nos importa. A veces sólo necesitamos eso, saborear ese momento, y hasta los silencios nos hablarán como un libro abierto.
"Pero simplemente nos miramos. Nos miramos y respiramos el olor del chocolate caliente.
Nada más.
En ese día mágico, increíble. En ese gran día de nada. "